En un mundo donde crecen como espuma las noticias falsas, y a la competencia por el rating se suman las redes sociales, los video juegos, Netflix, Spotify o las aplicaciones de cualquier tipo, es reconfortante encontrar periodistas como Julio Vaqueiro, preocupados por que la sociedad tenga acceso a una información veraz sobre asuntos relevantes que, siempre nos afectan de alguna manera.
El presentador de noticias de Telemundo, todas las noches le deja claro a su audiencia que no es solo una cara bonita, sus notas y comentarios demuestran su profesionalismo al momento de ejercer su pasión.
“Soy un periodista mexicano, esposo y padre de familia de tres hijos (5, 3 y 1 año) que está tratando de hacer las cosas bien. Me encanta escribir, probablemente es una de las actividades que más disfruto, hablar con la gente y después descubrir cómo contar esa historia de la mejor manera, atrapando la atención del espectador. En televisión la imagen dice mucho y el texto debe ser un complemento para resaltar el contenido. ¡Se me hace apasionante!”
Tímidamente nos cuenta que está escribiendo una novela, pero hasta que no la tenga más adelantada no se atreve a dar detalles.
¿Por qué quiso ser periodista?
Es algo que siempre me llamó la atención. Cuando era pequeño mi papá compraba el periódico, leía las noticias en voz alta y las comentábamos. Después en secundaria, cuando tenía 13 años, camino a la escuela escuchábamos la radio y a mí me encantaba. Siempre pensé que quería estar en una posición donde pudiera hacer que las cosas cambiaran y descubrí que podía contribuir contando historias, reportando lo que pasaba, haciendo periodismo.
¿Ahora que es presentador, qué es lo que más extraña de la reportaría?
Creo que nunca dejamos de hacer reportaría, a veces la olvidamos para dedicarnos más a la revisión del guion del noticiero y a temas de redacción y edición, pero dentro de lo posible trato de salir a la calle y hacer reportajes. Ahora que estuvimos en pandemia, donde la socialización se complicaba, trataba de hacer entrevistas por Zoom, nunca debemos dejar de conversar con las fuentes de la información, creo que ahí es donde está la base de todo, no podemos desconectarnos de la gente.
¿Qué siente cuando está frente a las cámaras? ¿Cómo se prepara?
Siempre tiene que haber una preparación previa, así improvises. Suena paradójico, pero es verdad, la improvisación tiene que tener suficiente contenido para saber qué decir. Antes de salir al aire me empapo sobre el contenido del noticiero, sé exactamente lo que sigue en el libreto y hacia donde vamos a lo largo del informativo. Esa es la mejor preparación antes de ponerte frente a una cámara. Ya después viene el resto.
Los nervios nunca dejan de sentirse, una pequeña adrenalina antes de empezar, es de mucha emoción.
Hoy la información se ha sometido a la inmediatez ¿Cómo cuidar la verdad más allá de la prisa por publicar primero?
Un profesor en la universidad decía: “Prefiero perder una exclusiva que decir una mentira”. En ese afán de ser los primeros, no se verifica la información y se cometen errores. Al final, lo único que tenemos los periodistas, aunque sea una frase muy trillada, es la confianza de la gente, eso es lo que nos sostiene. En esta época en la que hay tantas “fake news”, la mejor manera de combatirlas es a través de un periodismo responsable, verificando las fuentes, los datos y los hechos. Es importante explicar mejor las noticias, contarlas de una manera más sencilla, dándoles contexto. Esto cuesta tiempo y dinero.
¿Cómo lleva ese balance entre la vida pública y la personal?
Es difícil, es una lucha constante. Son como dos fuerzas que se halan y tu estás en el medio. Por un momento la noticia te va consumiendo y el trabajo te lleva a coberturas muy largas, mucho tiempo en la oficina, de repente te das cuenta y quieres regresar a casa con tu esposa y tus hijos porque no los has visto. Y aun cuando todavía no lo tengo resulto, trato de desconectarme dejando a un lado el celular los fines de semana cuando estoy con mi familia.
¿Qué es lo más difícil que ha tenido que cubrir durante la pandemia?
El principio de la pandemia para mí fue dificilísimo. Muchas veces, vamos al lugar de la desgracia a cubrir una noticia, estamos con la gente, compartimos su dolor, lo trasmitimos y después nos vamos. En esta ocasión, la pandemia nos tocó a todos, cubrimos muchas historias transmitiendo el dolor de familias, mientras que en nuestro círculo más cercano también estábamos pasando por la misma coyuntura. No sabíamos a ciencia cierta, qué estaba sucediendo y vivimos en carne propia lo que estábamos reportando. Esas primeras conversaciones con personas que sufrieron una pérdida fueron muy duras.
¿Qué hace en sus ratos libres?
Me gusta jugar tenis, no soy tan bueno como quisiera, pero me encanta. Me gusta leer y disfruto muchísimo estar con mis hijos. Con ellos salgo a montar en bicicleta y voy al parque. Afortunadamente mi horario laboral me permite estar con mi esposa en las mañanas, tomamos café y platicamos.
¿Qué significa la mujer y la familia para usted?
Son la base de absolutamente todo. La familia al final es lo único constante, nuestro alrededor se mueve, uno cambia de trabajo, los amigos se mudan y lo que sigue ahí es tu familia. Es la base esencial de la vida.
¿Qué desea transmitirles a sus hijos?
¡Huy tantas cosas!, A veces me angustia que no me da tiempo estar con ellos tanto como quisiera para enseñarles, pero supongo que aprenden solo de vernos. Me gusta insistirles, como decimos en México, que “le echen ganas”, se esfuercen y le pongan energía y alegría a lo que hacen, no importa si a veces ganan o pierden, si pusieron de todo su empeño.
¿Qué desea trasmitirle a su audiencia?
Todas las noches trato de hacer un resumen de los acontecimientos del día, de una forma coloquial y amable. Que la gente se vaya a dormir sabiendo lo que pasó, de una manera simple, sencilla y sin pesadillas; transmitiendo tranquilidad y no miedo. El lema de Telemundo es que hay que contar las cosas como son, pero sin que exista una sensación de desolación, por el contrario, deben sentir mayor claridad para tomar decisiones acertadas.
¿Qué consejo les daría a los futuros periodistas que quieren seguir sus pasos?
Cuando eres joven, un empleador o empresa espera que tengas una buena actitud y muchas ganas de aprender. Después te empiezan a exigir otros requerimientos, y en ese segundo paso la lectura es imprescindible. La gente cada vez lee menos, creo que no se puede salir de casa sin leer por lo menos el New York Times, un periódico local y un periódico de su país de origen. Suena mucho, pero empiezas a crear el hábito y luego sale de forma natural. Otro consejo es que estén abiertos a aprender, uno no hace su carrera solo, hay muchas personas en el camino que están dispuestos a ayudarnos y debemos estar abiertos a tomar este beneficio.
¿Qué le falta a Julio por hacer?
¡Muchísimo! Quiero ver a mis hijos hacer muchas cosas, jugar tenis, llevármelos de viaje, acampar con ellos, ir de vacaciones con mi esposa a lugares que hemos pospuesto por diferentes circunstancias, estar más tiempo con mis papás en México. En lo profesional quiero escribir mi novela, algún día espero conseguirlo. Me gustaría empezar a trabajar en la publicación de libros, no solo ficción, sino desarrollando algunos trabajos periodísticos. Ojalá lo logre algún día.
Destacado
“Al final, lo único que tenemos los periodistas, aunque sea una frase muy trillada, es la confianza de la gente, eso es lo que nos sostiene”.