“Fin de año no es ni un fin ni un principio sino una marcha, con toda la sabiduría que la experiencia puede inculcar en nosotros”.
Hal Borland
Cada fin de año tenemos la oportunidad de detenernos y mirar hacia atrás para recapitular los mejores momentos vividos durante los más recientes 365 días. Alegrías, tristezas, aprendizajes, retos, todo hace parte de la experiencia de vivir y ser mejores personas.
El inicio de 2023 debe ser una oportunidad, no para hacer “borrón y cuenta nueva”, sino para darle continuidad a todos aquellos propósitos e ideales que quedaron en punta el año anterior y que merecen cumplirse.
Sin importar las dificultades que haya podido vivir durante 2022, siempre debe tener en mente una palabra y un concepto que no pueden faltar a la hora de planear las metas del próximo año: motivación y amor propio.
La clave del éxito radica, para muchos expertos, en mantener una actitud positiva y altiva ante la vida. La motivación es un estado interior que activa las conductas para impulsar a cumplir los objetivos. Justamente, esa llama interior de querer devorarse el mundo es la que debe primar una vez decida cuáles serán sus metas para el próximo año.
Por supuesto, algo que debe cuidar es que esos ideales que se planteó sean alcanzables y medibles, porque de lo contrario podría dar cabida a la frustración al ver que no logró eso que se propuso con tanto interés. Procure que su mente esté enfocada en alcanzar la meta, pero manteniendo la calma y celebrando cada pequeño triunfo que tenga a diario. Sin importar cuál sea, felicítese y anímese porque estará un paso más cerca de lo que desea.
El concepto de amor propio es la base fundamental para alcanzar cualquier objetivo. Quererse a uno mismo, entender que mente y cuerpo deben ser un matrimonio indisoluble puede hacer la diferencia. Se trata de la aceptación y validación de los sentimientos positivos hacia nosotros mismos, nuestro cuerpo, personalidad y comportamiento.
En un mundo que vive de los “likes” y de los comentarios en redes sociales, puede ser difícil cultivar esta facultad. Sin embargo, el amor y aceptación propio se pueden desarrollar desde crear hábitos positivos y teniendo fe en sus propias capacidades, haciendo que las cosas pasen a través de decretarlas en su mente y ejecutándolas en la realidad porque el deseo sin acción, no existe. Amarse a sí mismo genera positivismo, proyecta una actitud de seguridad y realza las bondades del ser. Difícilmente se logran objetivos en la vida si no se ama, respeta y valora.
Planear un año lleno de bendiciones debe hacerse desde la gratitud por el pasado y el deseo de conquistar el futuro. Agradezca cada amanecer, plantee una vida feliz y proyecte en su mente lo que desea alcanzar, ¡seguro lo va a lograr!