De acuerdo con la American Cancer Society, aproximadamente el 30 % de los nuevos cánceres diagnosticados en mujeres en Estados Unidos cada año corresponden a cáncer de seno. ¡Un gran desafío y uno de los mayores enemigos femeninos!
Los datos obtenidos a través de una investigación de la mencionada entidad, indican que, al cierre del año 2023, se prevén alrededor de 297.790 nuevos casos de cáncer de seno invasivo, de los cuales se estima que unos 55.720 serán de carcinoma ductal in situ (DCIS).
Sin embargo, no todas las estadísticas son desoladoras. Esta enfermedad, que no distingue raza ni estrato, ha sido vencida por 8 millones de mujeres en los Estados Unidos durante los últimos años. Esto resalta la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado como factores determinantes en para ganarle la lucha a la enfermedad.
Justamente, los avances tecnológicos y las considerables inversiones realizadas anualmente por las instituciones médicas, respaldadas por la labor de miles de científicos en el mundo, empiezan a dar ciertos frutos, pues los desarrollos en materia de tratamiento para ese tipo cáncer son cada vez más prometedores. Repasemos algunos de ellos y su funcionamiento:
Biomarcadores
En la rutina médica, el tejido del cáncer de mama se somete a un análisis que incluye los biomarcadores HER2 y de urgencia, con el objetivo de ayudar en la toma de decisiones sobre el tratamiento. Los biomarcadores son sustancias que pueden medirse en sangre, tejidos u otros fluidos corporales y pueden estar relacionados con genes, proteínas u otras moléculas.
En particular, el estudio del ADN tumoral circulante (ctDNA), que se libera en el torrente sanguíneo cuando las células cancerosas mueren, se ha vuelto esencial para un análisis más profundo de la enfermedad. Este enfoque está ganando impulso rápidamente.
El análisis de los ctDNA podría permitir la identificación de nuevos biomarcadores en las células tumorales. Esto sería crucial para determinar si el cáncer ha desarrollado resistencia a tratamientos específicos, prever si un medicamento en particular sería efectivo en un tumor antes de su administración y, en última instancia, predecir la probabilidad de recurrencia del cáncer de mama en mujeres que han sido diagnosticadas en una etapa temprana de la enfermedad. Estos avances representan un paso importante hacia un tratamiento más personalizado y efectivo.
Estudios por imágenes
Los avances en el diagnóstico por imágenes también desempeñan un papel fundamental en la detección y análisis del cáncer de mama. Aunque algunos de estos métodos aún se encuentran en fase de estudio, es evidente que la gammagrafía mamaria (imagenología molecular del seno), la mamografía por emisión de positrones (PEM), la tomografía de impedancia eléctrica (EIT) y la elastografía representan prometedoras posibilidades para el futuro diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
Fármaco Verzenios
El fármaco Verzenios ha recibido la aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) para el tratamiento de dos tipos de cáncer de mama: HR+ y HER2. Este medicamento se presenta como el primer y único inhibidor de ciclinas para el tratamiento adyuvante de estos dos tipos de cáncer y se ha demostrado que reduce el riesgo de metástasis en un 34,1 %, según lo informado por la entidad. Este tratamiento también se ha asociado con mejoras en la supervivencia libre de enfermedad invasiva, que mide el tiempo desde que una persona comienza el tratamiento contra el cáncer hasta el momento en que experimenta su primera recaída.
Es importante destacar que estos avances médicos aún no han sido aprobados de manera universal a nivel internacional. Algunos de ellos se encuentran en las etapas II y III de investigación, lo que significa que todavía están siendo estudiados y solo se aplican en algunos pacientes. Estos desarrollos representan una esperanza significativa en la lucha contra el cáncer de mama, pero es necesario continuar investigando y evaluando su eficacia en diferentes contextos clínicos antes de su implementación generalizada.