En pleno siglo XXI estamos acostumbrados a los movimientos de mujeres que desnudan su cuerpo en señal de protesta, pero que esto sucediera en plena Edad Media (siglo XI) era impensable. Es así como Lady Godiva, se convirtió en leyenda.
El mito medieval inglés cuenta la historia de una bondadosa y hermosa mujer, esposada con el poderoso conde Leofric (968-1057), quien abusando de su poder y cegado por la ambición, imponía impuestos extremadamente elevados a sus vasallos. Lady Godiva, como popularmente se le conoce, rogó a su esposo que rebajara dichos tributos, a lo que accedió con una condición: Ella debía recorrer el pueblo desnudo sobre un caballo.
Como toda leyenda, no sabemos con certeza qué parte procede de la imaginación, pero el hecho es que Lady Godiva accedió bajo el pedido de que todos los vecinos se encerraran en sus casas y no se atrevieran a mirarla cuando hiciera su recorrido. Sin embargo, Tom, el sastre del pueblo no pudo resistirse a sus encantos y no hizo caso, dando origen a la expresión “Peeping Tom” (Tom el mirón).
El conde, impresionado por la osadía de su esposa, cumplió su promesa y Lady Godiva ha sido homenajeada a través de los tiempos. No solo el nombre de los famosos chocolates belgas llevan su nombre y su imagen; artistas, cineastas y escritores han reproducido, de diferentes formas, a esta mujer de largos cabellos que cabalga desnuda sobre un caballo. Mito o no, la historia sigue vigente y es símbolo de justicia y rebeldía.