Cuando hablamos del programa de Telemundo, Al Rojo Vivo, nos viene a la cabeza dos décadas de historias, miles de personajes que nos han hecho reír, llorar y reflexionar, y varios presentadores que, con su personalidad arrolladora, le han dado vida a este magazine noticioso que no pierde vigencia. Hace un mes nos volvió a sorprender, con un nuevo formato que representa a la mujer latina de hoy: autentica, empoderada y emprendedora. Es así como por primera vez en la historia del programa, dos mujeres latinas son ahora las encargadas de informar y entretener a la comunidad hispanohablante.
La dominicana Lourdes Stephan ingresó con su energía irresistible para acompañar a la mexicana Jessica Carrillo en la conducción del programa, y las reacciones positivas no se hicieron esperar. La dupla de estas dos presentadoras es un nuevo acierto que combina experiencia, belleza y dos personalidades, que lejos de competir, se complementan y ofrecen a su público una gran compañía de 60 minutos.
Tu Revista Mujer habló con Lourdes Stephan sobre esta nueva etapa de su vida y esto fue lo que nos contó.
La atracción a la medicina empezó a los doce años, cuando mi abuelo paterno tuvo una fractura de cadera y estuvo hospitalizado por dos meses. Yo iba a visitarlo y el factor humano de los médicos empezó a tocarme. Al principio quería ser odontólogo, pero surgió la oportunidad de ser voluntario en el hospital y por cosas del azar entré a una cirugía ginecológica, ahí quedé flechado y decidí encaminarme en la medicina. En segundo año de carrera, tuve la oportunidad de acompañar a un oncólogo a visitar a sus pacientes y me encantó. Cuando estaba en tercer año, a mi padre lo diagnosticaron con cáncer de pulmón y ese fue para mí el jaque mate. En 1998 inicié mis estudios en oncología.
Cuando estudié medicina, la farmacología que cubría la parte oncológica se veía en veinte minutos. A finales de los 90 había aproximadamente seis o siete drogas, hoy en día tenemos más de 200. El avance ha sido exponencial, he estado envuelto en investigaciones científicas desde el inicio de mi carrera y he visto cómo ha ido cambiando la medicina en favor de nuestros pacientes.
El hecho de haber sido expuesto a muchos problemas médicos con familiares y amistades, como fue el caso de mi padre, me dio una visión distinta a la medicina oncológica, más cercana con mis pacientes. Así me han diferenciado de otros colegas.
Si comparamos la educación hacia el paciente, cuando empecé a ejercer la medicina, a lo que existe hoy, la diferencia es del cielo a la tierra. Ahora se pueden educar a través de internet, claro positiva o negativamente, pues existen páginas que no son muy informativas. Dentro las páginas que aconsejo consultar, están las de los hospitales de renombre. Cancer.gov por ejemplo es un gran recurso.
En Orlando, además de los hospitales, encuentras grupos de soporte para los pacientes a través de fundaciones. En Advent Health Cancer Institute, por ejemplo, existen grupos de apoyo y wealthness centers, aquí se evalúan temas como rutinas de ejercicio, alimentación adecuada, buenos hábitos de consumo y factores que son tan importantes al momento de tratar la enfermedad. Por lo general el médico tratante es quien los remite a estos centros según necesidad.
Creo que cada año que pasa estamos un poco más cerca de ese momento. Mis clínicas están llenas de pacientes, y si miras lo que sucedía cinco años atrás, esa misma clínica tenía una rotación de pacientes mucho mayor, ya que la mortandad era también una constante. Hoy en día, gracias a Dios, la gente dura muchos más años y muchos quedan curados de su enfermedad. Yo creo que la clave es que el paciente realice el tratamiento que su médico le indique, lo que está establecido por la ciencia que funciona. Lamentablemente tenemos muchos pacientes que buscan otro tipo de alternativas, como hiervas o dietas específicas que aseguran que curan el cáncer y lamentablemente no es así.
Trato de hacer ejercicio por lo menos tres veces a la semana y pasar el mayor tiempo de calidad con mi familia. Viajamos, descanso cuando se puede, bailo con mi esposa, salgo con mis amistades y hago una vida normal.
Es el centro de la vida.