Contrarrestar un cáncer de mama puede llegar a ser una tarea más llevadera cuando se descubre de manera temprana y justamente, esa es la labor que cumple la mastectomía.
Esa intervención en el cuerpo femenino puede hacer que algunas mujeres sientan vergüenza o tiendan a aislarse debido al temor por el rechazo o la inseguridad de ver que su figura ha cambiado para siempre.
A nivel mundial, el cáncer de mama en mujeres, ha alcanzado cifras alarmantes. Según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020, se informó que 2.261.419 mujeres fueron diagnosticadas con esta enfermedad en el planeta. Las estadísticas también indican que 287.850 mujeres en los Estados Unidos habrían recibido la noticia durante 2021 sobre el padecimiento de este tipo de cáncer.
Pero, ¿qué es la mastectomía?
Se trata de una cirugía en la que se extirpa todo el tejido mamario del seno, con el fin de tratar o prevenir el cáncer de mama. Este procedimiento puede llegar a significar la solución para diferentes tipos de esta enfermedad y se realiza para extirpar un solo seno (mastectomía unilateral) o los dos (mastectomía bilateral).
Compañía y valor para volver a florecer
Para muchas mujeres que pasan por una mastectomía, es normal que sea un momento doloroso, no solo físico, sino mental. El pecho es una parte fundamental en su cuerpo, pues es una representación de la feminidad y de su identidad.
Además de una preparación más allá de lo emocional, como comprar sostenes especiales para usar después de la intervención, que aseguren una buena sujeción; o recibir ayuda de para realizar los quehaceres en el hogar; los especialistas sugieren un acompañamiento sicológico con la finalidad de que puedan continuar con su vida y superar esa experiencia difícil. El impacto que puede causar ver una cicatriz en vez del seno, requiere de tiempo para la aceptación y de apoyo del entorno cercano.
Es válido expresar las emociones e ir desarrollando una adaptación mental y física gradual. Si usted desea acompañar a una mujer cercana en este proceso, el respeto por la intimidad es el mayor aporte, no se trata solo de dar palabras de apoyo, sino de escucharla y brindarle un trato con sinceridad, pero sin compasión.
La decisión de querer vivir
Practicarse la mastectomía no significa de ninguna manera que la vida se detiene. Aunque para muchas personas el cuerpo se trate de una etiqueta social, los juzgamientos solo hacen parte de una visión mínima y personal. El impacto sicológico no obedece a los cánones de estética, pero debe ser asumido desde la valentía y el amor propio, priorizando el deseo de vivir por sobre lo que digan los demás.
Una mastectomía genera problemáticas emocionales que afectan aspectos como la maternidad y su sexualidad, ya sea que tengan una pareja o no. En este caso es vital comprender que la intimidad debe asumirse como un proceso paso a paso. No dependerá exclusivamente del deseo, sino que debería convertirse en un acto de valoración acerca de la importancia de sentir, de reconectarse con el ser mujer y disfrutar.
Siempre será un motivo de alegría ganar la batalla por la vida, adaptarse a los cambios y sobrellevar la situación con serenidad y dignidad.