Su personaje como Rodolfo en la serie de Netflix “Quien Mató a Sara”, marcó un antes y un después en su carrera, lo lanzó a la fama internacional y le abrió las puertas a un mundo que todavía no lo tenía en su radar. Alejandro Nones, es el ejemplo perfecto para demostrar que cuando tienes claro un objetivo y luchas por él, lo logras. Este actor, modelo, músico y productor venezolano, ha alcanzado sus metas con creces y no se detiene.
“Desde pequeño, tenía claro que no podía pasar por la vida como uno más, siempre sentí que tenía que valer la pena, y de alguna manera, eso es lo que intento y por lo que lucho todos los días. Soy un soñador, un tipo que entiende el valor de la constancia, la disciplina, la entrega y la importancia de hacer las cosas con el corazón.” Nos confiesa.
A los 17 años, saliste de tu natal Venezuela rumbo a Cuba a estudiar música en la Escuela Nacional de Arte de la Habana, ¿Cómo fue esta experiencia?
Sentía que por primera vez en mi vida estaba haciendo lo que verdaderamente quería, que era expresarme a través de las artes. Me dediqué a recibir información como una esponja, por primera vez vivía solo y me relacionaba con estudiantes de todas partes del mundo. Encontrarme con artistas plásticos, músicos, pintores, bailarines entre muchas otras disciplinas, me ratificaban que era el lugar donde debía estar; rodeado de gente maravillosa, nuevas culturas, otros idiomas, que enriquecían mis conocimientos. Todos los días había un evento cultural, conciertos, festivales de teatro, de percusión, de cine, en fin, era una ráfaga de cultura constante. Fue una etapa llena de aventuras, de encontrarme con mi esencia. Salir a caminar por la Habana y sentir que el lugar era mío es algo indescriptible e inolvidable.
¿Televisión, cine o teatro?
Difícilmente en la vida te voy a dar una respuesta absoluta. Creo que energéticamente, en el momento que dices que algo es lo mejor, tú mismo te estás cerrando el universo. A mí lo que más me gusta es ser yo, ser libre, tener la posibilidad de nutrirme a través de lo que hago y no tener que decidir nunca cual es mi favorito en algo, creo que las posibilidades son muchas.
¿Cómo te preparas para tus personajes?
Básicamente leo los textos de la manera más pura posible, recibiendo lo que el escritor tiene para dar. Proceso la información, y luego me documento más sobre mi personaje y su relación con los demás. Empiezo a imaginarlo, a definirlo visualmente. Hago una lista de las características que son un hecho irrebatible, para luego, realizar una lista de lo que queda a mi interpretación. Creo una especie de árbol genealógico de cada personaje de la historia y de su relación con mi personaje, con el fin de buscar sensaciones que me conecten con cada uno de ellos. Es un universo de juegos. Luego, trabajo con mi coach actoral para buscar esa conexión energética, sensorial con lo racional, y es así como empiezo a moldear el carácter.
¿Cuál ha sido el personaje más retador y porqué?
Creo que todos los personajes son complicados, pues a la hora de la hora la lucha es siempre contigo mismo, con desprenderte de lo racional y entregarte al juego de la ficción. Es un proceso con demasiados factores externos que te llevan a una zona de confort, pero la magia surge cuando te desprendes realmente.
¿Cuál ha sido ese personaje al que le tienes especial cariño?
Todos han sido parte del proceso del actor que soy hoy, es como cuando le preguntan a un papá cual es su hijo favorito, es una respuesta sumamente complicada. Definitivamente hay personajes que han cambiado mi carrera, hay un antes y un después con ellos, pero realmente siento una conexión importante con cada uno de los personajes que he interpretado.
Tu papel en “Quien mató a Sara” fue muy exigente, ¿Cómo te preparaste y qué cambios hiciste para cada temporada?
Todos los días le digo a la gente con la que trabajo que muchas gracias por la paciencia, porque entiendo que un tipo tan intenso como yo, no debe ser fácil de llevar. Con este personaje, en las tres temporadas fui a comprar mi vestuario, elegí cada detalle. Posteriormente, teníamos una sesión en la que revisábamos escena por escena. Cuando todos estamos navegando en un mismo barco, podemos contar una historia lo más maravillosamente posible. Durante el proceso, todo tiene un porqué y nada se puede tomar a la ligera. Creo que quien más ha cambiado a lo largo de la historia ha sido Rodolfo, y para mí es un placer poder vivirlo y transformarlo en una realidad.
Háblanos de tu papel como Nazario Aguilar en Malverde. En varias entrevistas dices que te pareces mucho a tu personaje y que trabajaste con tu propia energía. ¿En qué sentido?
En el proceso de búsqueda de Nazario, me di cuenta que parte de mi esencia y energía, tenía mucho que ver con la del personaje, y fue a partir de ahí que empecé a crearlo. Así como Nazario, yo también valoro la amistad y la honestidad, cuido mucho mis palabras.
¿Cómo te cuidas?
Intento tomar mucha agua, descansar bien y tener una rutina, pero con la vida que llevo actualmente ha sido poca. En estos momentos tengo un agotamiento crónico, todos los días mi agenda está full, pero no me quejo, al contrario, me encanta y lo disfruto mucho.
¿Qué es la mujer para ti?
Es todo. es el porqué de la vida, del amor, de la belleza, de los detalles, de la elegancia, de lo delicado, de lo simple, es el porqué de TODO. Desde lo más básico y primario que es la madre hasta el amor, la pasión y el deseo. Es alguien maravilloso.
¿Que es lo primero que te llama la atención de una mujer?
Soy aburridísimo porque nunca tengo una respuesta concreta. Es muy relativo, un día te puede volver loco la elegancia de una mujer, otro día su pelo, otro día su sonrisa, el sonido de su sonrisa, los pies, su cuerpo…. No hay algo específico que me conquiste, estoy abierto a que la vida me sorprenda.
¿Que te falta por hacer?
Falta mucho, falta demasiado, mis sueños son sumamente grandes, son tan grandes como lo más grande que pueda existir en esta carrera, romper fronteras y poder contar historias donde sea. Ahora estoy centrado en capitalizar bien la internacionalización. Vienen proyectos cada vez más internacionales y en otros idiomas.
¿Cómo te gusta que te identifiquen?
Quiero que vean en mí un actor que hace las cosas con el corazón, con entrega, que se parte el alma para contar las historias con verdad, que sus personajes tengan profundidad.